Reclutamiento de jóvenes por el crimen organizado: factores de vulnerabilidad y estrategias de prevención
El reclutamiento de adolescentes por parte del crimen organizado es un fenómeno alarmante en diversas regiones de América Latina. Tan solo en México, se calcula que entre 145 mil y 250 mil niñas, niños y adolescentes están en riesgo de ser reclutados o utilizados por grupos delictivos (Deutsche Welle, 2025). Las condiciones de desigualdad, pobreza, violencia e impunidad se entrelazan con historias personales que colocan a los jóvenes en una posición vulnerable. Este artículo busca analizar los principales factores que propician el reclutamiento de adolescentes y las posibles estrategias de prevención desde un enfoque integral.
¿Por qué los adolescentes?
La adolescencia es una etapa compleja y decisiva en el desarrollo humano, que está marcada por cambios físicos, emocionales, cognitivos y sociales. En esta transición hacia la adultez, los adolescentes buscan respuestas a preguntas fundamentales: ¿quién soy?, ¿a qué pertenezco?, ¿qué sentido tiene mi vida?, ¿qué me hace valioso?
En contextos de vulnerabilidad, estas preguntas se ven atravesadas por desigualdades estructurales y carencias afectivas. La falta de oportunidades, el abandono escolar, la violencia, y la ausencia del Estado crean un vacío que el crimen organizado aprovecha. A través de discursos seductores y promesas inmediatas, estos grupos ofrecen lo que muchos adolescentes no encuentran en su entorno: estatus y reconocimiento (Reinserta, 2022).
Además, durante esta etapa, el cerebro aún se encuentra en proceso de maduración, especialmente en áreas como la corteza prefrontal, relacionada con el juicio, la toma de decisiones, el autocontrol y la evaluación de consecuencias. Por lo tanto, en esta etapa es común que tomen decisiones impulsivas, busquen emociones intensas y sean más sensibles a la presión de grupo (Crone, 2019).
Factores de vulnerabilidad
- Desigualdad social y pobreza: los adolescentes en contextos de pobreza extrema tienen pocas oportunidades de desarrollo personal y profesional. En estas condiciones, cualquier oferta de ingreso económico, aunque sea ilegal, se vuelve tentadora. Tan solo en México se calcula que 51% de niñas, niños y adolescentes viven en situación de pobreza y 4 millones de ellos en pobreza extrema (IMCO, 2022).
- Entornos familiares disfuncionales: la violencia intrafamiliar, el abandono, las adicciones parentales o la negligencia emocional generan una falta de contención afectiva. El crimen organizado llena ese vacío con un sentido falso de pertenencia. Solo para ilustrar uno de estos factores, más de la mitad de las niñas, niños y adolescentes de 1 a 14 años en México (55.5%) han sido víctimas de violencia física o psicológica en el hogar (REDIM, 2022).
- Fracaso escolar y deserción: cuando el sistema educativo no logra integrar al adolescente o lo excluye por su rendimiento o conducta, el joven puede quedar expuesto a otros grupos que sí lo “validan”. Según la Secretaría de Educación Pública (2024), la deserción escolar es más alta entre los niveles obligatorios de secundaria y preparatoria con un aproximado de medio millón de estudiantes que abandonaron sus estudios en el 2023.
- Presencia activa del crimen en la comunidad: vivir en zonas donde operan cárteles o pandillas normaliza la violencia y facilita el contacto con reclutadores. La delincuencia deja de percibirse como un riesgo y se ve como una forma válida de vida.
- Redes sociales y plataformas digitales: actualmente, los grupos delictivos también utilizan redes sociales para captar adolescentes, presentando un estilo de vida atractivo: dinero, autos, armas, fama. Este discurso seduce a jóvenes que buscan validación e identidad.
Estrategias de prevención
Para prevenir este fenómeno se requiere una acción coordinada entre diferentes sectores y actores clave (Reinserta, 2022):
- Fortalecimiento del tejido social: es importante generar programas comunitarios que generen espacios seguros para las y los adolescentes fomentando actividades deportivas, artísticas y culturales y que brinden sentido de pertenencia positivo. Igualmente, brindar apoyo psicológico y emocional accesible.
- Escuelas como espacios protectores: lo que implica la formación de docentes en detección de riesgos, apoyo escolar para jóvenes en rezago y el fomento de la educación en valores, la resolución de conflictos o el manejo emocional.
- Atención a familias: establecer programas de fortalecimiento familiar, apoyo a madres solteras, padres desempleados o familias en situación de violencia.
- Políticas públicas de justicia juvenil: establecer políticas de prevención del delito con enfoque en derechos humanos, programas de reinserción y alternativas a la criminalización.
- Uso responsable de la tecnología: realizar campañas de sensibilización sobre los riesgos del reclutamiento digital, educación digital crítica en las escuelas y supervisión del contenido consumido por las y los adolescentes.
Conclusiones
El reclutamiento de adolescentes por el crimen organizado no es un fenómeno aislado, sino el síntoma de una sociedad que ha fallado en proteger a sus jóvenes. Combatir este problema no puede limitarse al ámbito judicial o policial, punitivo; debe abordarse desde la educación, la familia, la comunidad y las políticas públicas. La adolescencia debe ser una etapa de y en construcción.
Referencias
Crone, E. A. (2019). El cerebro adolescente: Cambios en el aprendizaje, en la toma de decisiones y en las relaciones sociales (Vol. 159). Narcea Ediciones.
Deutsche Welle. (2024, 17 mayo). México: hay 250.000 niñas y niños en riesgo ante criminales. dw.com.
https://www.dw.com/es/m%C3%A9xico-hay-250000-ni%C3%B1as-y-ni%C3%B1os-en-riesgo-ante-criminales/a-69105670
REDIM. (2024). ¿Cuántas niñas, niños y adolescentes son víctimas de violencia familiar en México?
https://blog.derechosinfancia.org.mx/2024/06/26/violencia-familiar-contra-la-ninez-en-mexico-2010-2023/
Reinserta, (2022). Niñas, niños y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada.
Secretaria de Educación Pública. (2024). Análisis de matrícula, abandono escolar, eficiencia terminal y cobertura en Educación Básica de 2019 a 2023.
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