El cerebro adolescente

 

Autora: Lic. Citlali Cárdenas

Hace algunas décadas se creía que el desarrollo cerebral ocurría durante la infancia. Hoy en día, y gracias a diferentes tecnologías, sabemos que el cerebro adolescente está en desarrollo.

Neurociencia

La neurociencia estudia las características y funciones del sistema nervioso para intentar comprender y explicar las conductas, pensamientos, emociones y formas de interacción social de los seres humanos (Cumpa-Valencia, 2019).

Esta ciencia se caracteriza por su interdisciplinariedad, es decir, la neurociencia requiere de la medicina, química, psicología, biología, matemáticas, ingeniería y en años recientes, también se ha vinculado a aspectos legales y de derecho penal, dando origen al neuroderecho.

El cerebro humano

El cerebro es el órgano más complejo conocido. Pesa 1.4 kg (en adultos), tiene aproximadamente cien mil millones de neuronas y cada neurona cuenta con alrededor de unas 10 mil conexiones. Las neuronas (células del sistema nervioso) se comunican entre sí, a través de un fenómeno llamado sinapsis. (Maya y Rivero Rodrigo, 2010).

Desde finales del siglo XIX y gracias al médico Paul Broca sabemos que hay secciones anatómicas del cerebro con funciones específicas. Por ejemplo, el área de Broca (nombrada en honor al famoso médico) está ubicada en el lóbulo frontal izquierdo y se encarga del lenguaje.

Características del cerebro adolescente

Sabemos que los adolescentes muestran un comportamiento diferente al de los adultos. Generalmente los observamos impulsivos, buscando nuevas emociones o experiencias y sobrevalorando el placer inmediato, en lugar de postergarlo. Todo esto puede propiciar conductas de riesgo que los lleven a tener conflictos con la ley penal.

Al respecto, las neurociencias han hecho aportaciones valiosas sobre el desarrollo del cerebro adolescente. La primera idea fundamental es que los seres humanos nacemos con un cerebro inmaduro. Éste expande sus conexiones sinápticas durante la niñez, después disminuyen durante la adolescencia (la llamada poda sináptica), para finalmente estabilizarse en la adultez (Mercurio, et. al, 2018).

Dicho proceso de desarrollo o maduración cerebral es atravesado por factores sociales, culturales y biológicos, lo cual conlleva a procesos desiguales entre los adolescentes.

Algunos aspectos relevantes sobre el cerebro adolescente son:

  1. La corteza prefrontal concluye su desarrollo hasta inicios de la adultez. Ésta se encarga del “control de impulsos, toma de decisiones, planificación y anticipación del futuro, control atencional, capacidad para realizar varias tareas a la vez, organización temporal de la conducta, sentido de la responsabilidad hacia sí mismo y los demás o la capacidad empática” (Oliva y Antolín, 2010). Dicha inmadurez de la corteza prefrontal explica la dificultad de los adolescentes para planear, formular estrategias, anticipar consecuencias y valorar los riesgos de alguna situación.
  2. Durante la adolescencia y debido al incremento hormonal de la edad, hay una mayor activación del circuito mesolímbico. Éste se encarga de generar sensaciones de placer (debido a la liberación de dopamina) que favorecen la repetición de conductas (Oliva y Antolín, 2010) y la búsqueda de experiencias gratificantes y emocionantes sin considerar riesgos, de ahí que su actuar sea considerado “impulsivo” (Siegel, 2013).

Responsabilidad penal de los adolescentes

Hemos dicho que los adolescentes poseen un cerebro en desarrollo o inmaduro, entonces, ¿en qué momento una persona puede hacerse responsable de sus acciones? O más específicamente ¿A partir de qué edad una persona puede asumir la responsabilidad penal sobre la comisión de un hecho considerado como delito ante la ley?

En México y de acuerdo a la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes (LNSIJPA), un adolescente es aquella persona entre los doce años cumplidos y menos de dieciocho. En este rango, la misma ley clasifica a los adolescentes en grupos etarios, a saber:
  • Grupo etario I. De 12 y menos de 14 años de edad
  • Grupo etario II. De 14 y menos de 16 años de edad
  • Grupo etario III. De 16 y menos de 18 años de edad
Dentro de las diferencias entre los grupos etarios se encuentra lo relativo a las medidas de privación de la libertad, las cuáles, de acuerdo al artículo 31 de la LNSIJPA sólo podrán imponerse a personas adolescentes mayores de 14 años, con un tiempo determinado y con la duración más breve que proceda.

¿Te gustaría saber más? En Universidad de las Ciencias nos mantenemos a la vanguardia sobre las aportaciones de las neurociencias al Derecho. Pregunta sobre alguno de nuestros programas:

Referencias
  • Cámara de Diputados. (2020). Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes
  • Cumpa-Valencia, M. (2019). Usos y abusos del término “neurociencias”: una revisión sistemática en revistas indexadas Scielo. Revista ConCiencia EPG, 4(1), 30-67.doi: https://doi.org/10.326 54/CONCIENCIAE PG.4-1.3
  • Maya Elcarte, N., y Rivero Rodrigo, S. (2010). Conocer el cerebro para la excelencia en la educación. Innobasque.
  • Mercurio, E., García-López, E. y Morales, L. (2018). Psicopatología forense y neurociencias: Aportaciones al sistema de justicia para adolescentes. Boletín mexicano de derecho comparado, vol. LI, núm. 153, pp. 931-971
  • Oliva, A., y Antolín, L. (2010). Cambios en el cerebro adolescente, y conducta agresiva y de asunción de riesgos. Estudios de Psicología, 31 (1), pp 53-66.
  • Siegel, D. J. (2013). Tormenta cerebral. El poder y el propósito del cerebro adolescente. Alba.

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