La importancia de la cognición social en la justicia adolescente


Autores: Mtra. Berenice Martinez, Dr. Raúl Nava

El contexto social influye en la formación de la identidad y el desarrollo psicosocial de los adolescentes.

La transición de la adolescencia a la adultez: un evento de grandes cambios

En la adolescencia, el ser humano se enfrenta a un proceso de maduración biológica, psicológica y social para transitar a la adultez. Es una etapa de búsqueda de la identidad y de responder a la pregunta ¿quién soy yo? Lo que implica la aceptación del propio cuerpo, el conocimiento de sí mismo, el desarrollo de la personalidad, la identidad sexual y la definición de una ideología personal o identidad moral.

Ahora bien, el ejercicio del razonamiento moral es un proceso cognitivo que permite reflexionar sobre los valores de una persona y ordenarlos bajo una jerarquía lógica. Esto último, se hace mediante un contraste entre la realidad y las necesidades del adolescente, que lo lleva a actuar de acuerdo con el valor que considere más apropiado y beneficioso (Sarmiento et al, 2007).

Es por ello que el adolescente experimenta diversas conductas, estilos y relaciones para hallar su propia identidad y esto también, involucra la rebeldía con respecto de la imagen familiar que ha tenido hasta ahora. Durante esta etapa, las relaciones con los pares influyen en el desarrollo psicosocial del adolescente.

De acuerdo a Lewin (citado por Barra, 1998), el contexto social influye en la persona a través de la percepción e interpretación que éste hace de la realidad. Dentro de esta identidad encontramos también el autoconcepto y la autoestima. Esto influirá en la adquisición de la cognición social en la adolescencia.


¿Qué es la cognición social y cómo se desarrolla en la adolescencia?

La cognición social se basa en el procesamiento mental de la información resultado de las interacciones sociales y la experiencia, dichos procesos guían nuestros pensamientos y conductas en las interacciones humanas posteriores (Adolph, 1999).

Esto significa que aprendemos de los otros y con esta información, comprendemos emociones, intenciones y conductas sociales de quienes nos rodean, y de esta forma elaboramos un juicio para planificar, realizar una acción o facilitar la comunicación.

La cognición social se desarrolla lentamente, siguiendo un proceso de ensayo y error (Fiske y Taylor, 1991), mediante representaciones sociales (Moscovici, 1988) que se conforman por conocimientos, pensamientos, ideas e imágenes que comparte la sociedad y cultura, además contiene elementos subjetivos que le dan a un evento social nuestra propia interpretación, que no tiene que ser necesariamente correcta.

Las áreas y funciones que encontramos dentro de lo que catalogamos como cognición social son: el procesamiento emocional (como percibimos las emociones y las reconocemos, por ejemplo, las emociones básicas que vemos según los rostros), la teoría de la mente o también llamada la empatía cognitiva (refiere a las inferencias que hacemos sobre estados mentales) y la percepción social (la valoración que hacemos de los estímulos sociales) (Ruiz, Garcia y Fuentes, 2006).


La importancia de la cognición social en la justicia adolescente

Como revisamos, los procesos cognitivos sociales son inherentes al ser humano, pues afectan el procesamiento de información para interpretar la realidad e interactuar con otras personas. Dentro del ámbito jurídico, la observación de los procesos cognitivos sociales cobra especial relevancia cuando se lleva a cabo la investigación judicial y exploración del indicio cognitivo en víctimas del delito o conductas delictivas (Morales, 2020).

Por ejemplo, pensemos en el desarrollo de la perspectiva social. Selman (1977) menciona que la “perspectiva social” es la capacidad de comprendernos a nosotros mismos y a otros como individuos, y así reaccionar ante nuestra propia conducta desde el punto de vista de los demás.

Él considera que es hasta los 10-12 años que el ser humano desarrolla una toma de perspectiva mutua, o desde una tercera persona, logrando incluso verse así mismos como objetos. Y, a partir de los 13 años, comienza la toma de una perspectiva individual profunda dentro del sistema social en el que se desarrolla, consolidándose en la adultez.

Es por ello que al momento de evaluar psicológicamente a un adolescente, se toma en cuenta la etapa de desarrollo que cursa. Dentro del sistema de justicia, hablando de una pericial, esto es aún más importante para comprender que quizá el adolescente no tiene conciencia de las consecuencias de su conducta, y por tanto, si tiene o no implicaciones legales.


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Referencias:
  • Adolphs R. Social cognition and the human brain. Trends Cogn Sci. 1999;3(12):469-479.
  • Barra, E. (1998). Psicología social. Chile: Universidad de Concepción.
  • Fiske, S. T. y Taylor S. E. (1991). Social Cognition. McGraw-Hill.
  • Morales M. (2019). Los Procesos Cognitivos y sus Implicaciones en el Ámbito Jurídico. Visión Criminológica-criminalística.
  • Moscovici, S. (1988). Notes towards a description of social representations. Journal of European Social Psychology, 18, 211–250.
  • Ruiz, J. C., García, S., & Fuentes, I. (2006). La relevancia de la cognición social en la esquizofrenia. Apuntes de psicología, 24(1-3), 137-155.
  • Selman, R. L., Jaquette, D. y Lavin, D. R. (1977). Interpersonal awareness in children: Toward an integration of developmental and clinical child psychology. American Journal of Orthopsychiatry, 47, 264–274.Villanueva, I., Pérez, O., Peña, F. y Avellaneda, Y. (2007). Razonamiento Moral En Adolescentes Homicidas Ubicados En El Centro De Reeducación Del Menor Infractor El Oasis De Barranquilla. Psicogente, 10(18),129-148.

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